Helena (2023, Eolas Ediciones) es un libro de poesía íntima y desgarradora, escrito por Luis Artigue durante uno de los momentos más difíciles de su vida. El poemario fue concebido mientras el autor esperaba los resultados de una operación cerebral de su compañera de vida, un momento marcado por la angustia y la incertidumbre. A partir de esa experiencia, Artigue ha creado una obra que no solo explora el dolor personal, sino también la empatía, el amor y el acto de cuidar, elementos que se entrelazan en un homenaje a la vida y a las relaciones humanas.


Hace ya algunos años que conozco a Luis Artigue y de hecho he leído algunas de sus novelas pero me faltaba leer algo de su poesía, así que al final he leído Helena y antes de pasar a la reseña en sí indicar que su poesía no es fácil pues requiere esfuerzo por parte del lector y tiempo. Este poemario no es para leerlo en un par de tardes, hay que reposarlo y pensar en lo que dice, y cuando lo descifras y entiendes lo que dice mediante frases largas casi sin puntuación, sientes el poder y la profundidad de lo que nos cuenta.

Para Artigue, Helena no es simplemente una catarsis emocional o biográfica. Como él mismo señala, la obra es un «grito lírico» que va más allá del desahogo, explorando la profundidad de los sentimientos que surgen cuando uno se enfrenta a la inminencia de la muerte, y también el poder transformador del cuidado y la solidaridad. El autor refleja cómo el acto de cuidar a otro en momentos de crisis nos transforma, haciéndonos mejores. El libro trata de capturar la paradoja de la vida y la muerte, y cómo la comprensión de esta dualidad se hace cada vez más compleja cuando se la observa de cerca.

Técnica poética

Luis Artigue utiliza una técnica poética caracterizada por la combinación de registros discursivos que oscilan entre lo íntimo y lo social, lo emocional y lo filosófico. A lo largo de Helena, Artigue construye imágenes poderosas a través de metáforas extensas y sorprendentes, que conectan la experiencia personal del dolor y el cuidado con elementos de la naturaleza y referencias culturales. Las metáforas dinámicas, como la figura de la «mujer que convierte el mundo en uno de sus glaciares», muestran cómo Artigue utiliza la naturaleza para hablar de las emociones humanas, imbuyéndolas de fuerza y grandeza.

El ritmo de los poemas es fluido y a menudo acumulativo, con una estructura que recuerda al flujo de conciencia. El lector se enfrenta a un torrente de imágenes y sensaciones, en el que las ideas y emociones se suceden sin pausas. Este ritmo orgánico permite a Artigue capturar la naturaleza caótica de los pensamientos y sentimientos en momentos de dolor e incertidumbre. Asimismo, el poeta emplea referencias culturales y musicales, como la alusión a Neil Young, que aportan un eco emocional y sensorial a los poemas, vinculando la experiencia íntima con un universo cultural más amplio.

La intertextualidad es también una constante en la obra de Artigue, quien fusiona lo poético con lo social. En sus versos, el autor introduce una crítica implícita a las estructuras de poder y las injusticias sociales, al mismo tiempo que reflexiona sobre el dolor personal. La superposición de lo íntimo con lo colectivo se hace evidente en frases como «destino social de los desheredados», lo que sugiere que el sufrimiento individual nunca está completamente aislado del contexto social en el que ocurre.

Otro aspecto notable de la técnica de Artigue es su uso de neologismos y combinaciones lingüísticas inesperadas, como «canción neuro expansiva». Estos recursos desafían las convenciones del lenguaje y obligan al lector a interpretar activamente el significado, añadiendo una capa de complejidad a los poemas. Esta libertad experimental, que rompe con las normas lingüísticas establecidas, refuerza el carácter innovador de Helena.

En conjunto, la técnica poética de Artigue es una mezcla de caos controlado, imágenes ricas y dinámicas, y una superposición de registros que convierten Helena en una obra profundamente lírica y al mismo tiempo crítica. Su capacidad para combinar lo personal con lo colectivo, lo emocional con lo intelectual, y para hacerlo a través de una estructura poética tan libre, es lo que hace que este poemario sea una experiencia singular tanto a nivel estético como emocional

Esta obra, considerada finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León, ofrece una visión conmovedora y sincera que invita al lector a reflexionar sobre la vida, el amor y la vulnerabilidad humana.


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