BUSCO UPIR …

¡Por fin alguien contesto a mi anuncio!

Hacía más de tres meses que había puesto mi comunicado en la sección de anuncios clasificados de un diario de tirada nacional buscando un verdadero upir. Le he invitado a venir a mi casa esta noche para conocernos.
Llegó puntual y después de acomodarnos en el salón principal de mi hogar y romper el hielo con los tópicos de rigor estaba ansiosa por saciar mi curiosidad y la primera pregunta fue directa.
Samantha: ¿Qué es un upir?
Upir:  Básicamente es un depredador nocturno que necesita la sangre de sus víctimas para alimentarse y seguir siendo inmortal. Para seducir a su preciada presa adopta la apariencia idónea para cada una de ellas. Puedo ser un atractivo y sugerente caballero o una inocente y amable señorita.
Samantha: ¿Por qué has optado por presentarte a mí con forma femenina?
Upir: Porque he deducido que obtendría rápidamente tu confianza bajo la sutileza de una apariencia de mujer.
Samatha: No sé a qué te refieres.
Upir: ¿Estás segura de que no sabes a que me refiero?
Samantha: Sí. Estoy segura. Sólo quiero conocerte.
Upir: De lo que no me cabe ninguna duda es que ambas nos estamos conociendo y «reconociendo».
Samantha: Está bien. Voy a ser más concreta y directa. ¿Te gusto? ¿Te atraigo? o ¿Simplemente es tu naturaleza depredadora la que te induce a estudiarme?
Upir: Sinceramente, no me gustan mis víctimas más allá de lo que se refiere a saciar mi voraz apetito y estoy terriblemente hambrienta…
Samantha: No me estás asustando. Yo sólo quería empezar un juego que iba mucho más allá. Algo más psicológico e interesante y ,¿por qué no decirlo?, incluso… morboso.
Upir: Pero, ¿Quién te ha dicho a ti que yo podría querer algo más de nada excepto el alimento que me voy a permitir de tu ser? Y si piensas que esto es un juego, te advierto que antes de empezar la partida, yo ya he ganado.
Samantha: ¡Qué pena! Y yo que pensaba que me iba a divertir más contigo. Tú no sabes quién soy yo. Desconoces lo que realmente buscaba en ti. No eres un upir lo suficientemente experimentado si no sabes reconocer a otro upir.
Upir: Me estás subestimando, Samantha. He sabido que eras un upir desde el primer momento que te he visto. Como tú bien sabrás, un upir no puede ni debe entrar jamás a ningún sitio si antes no ha sido invitado. Y también deberías saber que nunca se tiene que sentar frente a una ventana.
Samantha: Francamente, me aburres. Nos veremos en el infierno.
Upir: Hasta nunca, Samantha. Tardaremos muchos miles de años en volver a vernos. El sol está despuntando y yo ya he descorrido la cortina para que el primer rayo del día acabe contigo.

AVENDKA


Descubre más desde El baúl de Xandris

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.