Mary Renault falleció el 13 de diciembre de 1983, pero su obra continúa siendo una de las aproximaciones más influyentes y respetadas a la novela histórica ambientada en la Grecia antigua. Nacida en Londres en 1905, Renault fue una escritora británica que supo conjugar erudición clásica, profundidad psicológica y una mirada moderna sobre la identidad, el poder y el amor, convirtiéndose en una autora fundamental del siglo XX.


Mary Renault estudió en la Universidad de Oxford, donde se especializó en literatura inglesa. Sus primeras novelas se ambientaron en el mundo contemporáneo y abordaban conflictos morales, relaciones afectivas complejas y personajes situados en los márgenes sociales. Aunque estas obras mostraban ya una notable solvencia narrativa, el verdadero reconocimiento llegaría cuando decidió volcarse en la novela histórica.

Junto a su pareja, Julie Mullard, se trasladó a Sudáfrica en 1948. A pesar de su firme oposición al apartheid, este exilio voluntario le permitió escribir con mayor libertad y desarrollar una obra ambiciosa, alejada de la censura moral que aún pesaba en Gran Bretaña.

La Grecia antigua como territorio literario

El gran giro creativo de Mary Renault se produjo con su decisión de situar sus novelas en la Antigüedad clásica, especialmente en la Grecia del siglo V a. C. y en el mundo helenístico. Su conocimiento de las fuentes históricas y filosóficas —Homero, Platón, Plutarco, Aristóteles— se combina con una extraordinaria capacidad para convertir a figuras históricas y míticas en personajes vivos y cercanos.

Entre sus obras más destacadas se encuentran El rey debe morir y El toro del mar, reinterpretaciones del mito de Teseo, y El último vino, ambientada en la Atenas de Sócrates. Sin embargo, su proyecto narrativo más ambicioso y recordado es la trilogía dedicada a Alejandro Magno.

Alejandro Magno: la trilogía que marca a los lectores

Para muchos lectores, la experiencia decisiva con Mary Renault llega a través de Fuego del cielo (1969), El muchacho persa (1972) y Juegos funerarios (1981). Esta trilogía no solo reconstruye la vida de Alejandro Magno, sino que lo despoja de la retórica heroica para mostrarlo como un ser humano complejo, brillante y contradictorio.

Renault narra su formación intelectual junto a Aristóteles, su ambición política, su carisma como líder y, al mismo tiempo, su creciente soledad. El acierto mayor reside en la humanización del mito: Alejandro no es solo un conquistador, sino un hombre atravesado por el deseo, la lealtad, la violencia y la conciencia de su propio destino.

Especialmente memorable resulta El muchacho persa, donde la autora adopta el punto de vista de Bagoas. Esta elección narrativa introduce una voz íntima y periférica que transforma el relato épico en una historia profundamente emocional, capaz de dejar una huella duradera en el lector. No es extraño que muchos recuerden esta trilogía como una de esas lecturas que acompañan toda la vida.

Temas y estilo narrativo

La obra de Mary Renault se caracteriza por un notable rigor histórico, una prosa clara y elegante y una gran profundidad psicológica. Trata las relaciones homoeróticas con naturalidad y sin moralismos, respetando el contexto cultural de la época, y reflexiona de forma constante sobre el poder, la ética, la identidad y la tragedia del destino.

Renault evita los anacronismos morales y confía en la inteligencia del lector, lo que explica que su obra siga resultando tan poderosa y actual.

Legado

Durante años fue considerada una autora de culto, pero hoy Mary Renault es reconocida como una de las grandes renovadoras de la novela histórica del siglo XX. Su trilogía sobre Alejandro Magno, en particular, continúa despertando entusiasmo y admiración, confirmando que su forma de mirar el pasado sigue siendo una de las más lúcidas y emocionantes de la literatura contemporánea.


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