El 29 de octubre de 1936, en los primeros meses de la Guerra Civil española, fue fusilado Ramiro de Maeztu, uno de los intelectuales más influyentes y polémicos de la primera mitad del siglo XX. Su figura, compleja y contradictoria, ha sido objeto de interpretaciones diversas: para unos, un pensador patriota y regenerador; para otros, un ideólogo conservador que encarnó los límites de su tiempo. Lo cierto es que su trayectoria refleja, como pocas, las tensiones morales y políticas de una España en crisis.

Biografía: de la bohemia al pensamiento tradicionalista

Ramiro de Maeztu y Whitney nació en Vitoria en 1875. Hijo de padre español y madre inglesa, su educación y sensibilidad estuvieron marcadas por esa doble herencia cultural. En su juventud formó parte de la Generación del 98, junto a autores como Azorín, Unamuno y Baroja, compartiendo con ellos la preocupación por la decadencia de España tras el Desastre del 98.

Durante esos años, Maeztu fue un escritor liberal, europeísta y cosmopolita, que residió en Inglaterra y colaboró en revistas como La Correspondencia de España o Nuevo Mundo. Sin embargo, tras la Primera Guerra Mundial y su paso como diplomático en Buenos Aires, su pensamiento dio un giro radical: abandonó el liberalismo y abrazó una visión tradicionalista y católica, convencido de que solo los valores espirituales y el sentido del deber podían regenerar a España.

Obras principales

Entre sus obras más destacadas se encuentran:

  • Hacia otra España (1899), ensayo inicial donde se advierte ya su inquietud regeneracionista.
  • La crisis del humanismo (1919), en el que analiza la pérdida de valores occidentales ante el materialismo moderno.
  • Don Quijote, Don Juan y La Celestina (1926), una profunda reflexión sobre los tres arquetipos fundamentales del alma española.
  • Defensa de la Hispanidad (1934), su obra más influyente y polémica, donde formula su ideal de una comunidad espiritual basada en la fe católica, la tradición y la lengua común de los pueblos hispánicos.

Además de ensayista, Maeztu fue un periodista combativo y un brillante polemista, que escribió en publicaciones como ABC y El Sol y participó activamente en el debate público de su tiempo.

Estilo y pensamiento

El estilo de Maeztu se caracteriza por la claridad expositiva, la pasión moral y el tono exhortativo. Sus textos no buscan la fría objetividad académica, sino provocar una reacción ética e intelectual en el lector. Como muchos escritores del 98, emplea un lenguaje sobrio pero cargado de convicción, con frecuentes apelaciones al espíritu nacional, la educación y la responsabilidad cívica.

En su evolución ideológica puede rastrearse un itinerario desde el racionalismo y el individualismo moderno hacia una concepción colectiva y espiritual de la vida, donde la “Hispanidad” se erige como ideal de unión entre los pueblos de habla española bajo los principios del catolicismo y la tradición.

Legado

El legado de Ramiro de Maeztu es ambivalente pero innegable. Por un lado, su pensamiento influyó en el nacionalismo cultural español y en el concepto de Hispanidad, que marcaría buena parte del discurso político e intelectual del franquismo. Por otro, su figura se estudia hoy como un ejemplo de la crisis moral de la modernidad y del itinerario ideológico de toda una generación de escritores que, desde el desencanto, buscaron nuevos fundamentos espirituales.

Su muerte trágica —fusilado por milicianos en Aravaca en 1936— selló el destino de un intelectual que, pese a sus contradicciones, dedicó su vida a pensar España. En su última carta escribió: “Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por qué muero: por defender lo que creo, por la verdad y por España”.

Epílogo

Hoy, casi un siglo después de su muerte, Ramiro de Maeztu sigue siendo una figura incómoda, pero necesaria para comprender las raíces del pensamiento español contemporáneo. Su voz, apasionada y contradictoria, nos recuerda que toda reflexión sobre la identidad colectiva es también una indagación sobre los límites de la conciencia individual.

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