El 3 de octubre de 1925 nació en West Point, Nueva York, Eugene Luther Gore Vidal, una de las voces más singulares, polémicas y lúcidas de la literatura estadounidense. Novelista, ensayista, guionista, dramaturgo y polemista televisivo, su figura encarna al intelectual incómodo, siempre dispuesto a desafiar las certezas de su tiempo.
Vidal debutó con Volver a la batalla (Williwaw, 1946), una novela inspirada en su experiencia como oficial en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Pero fue con La ciudad y el pilar (The City and the Pillar, 1948) cuando atrajo la atención pública: fue una de las primeras novelas estadounidenses en representar abiertamente a un protagonista homosexual, lo que provocó rechazo crítico y censura editorial.
A lo largo de su trayectoria cultivó la novela histórica con gran ambición. Su ciclo Narrativas del imperio (Narratives of Empire), compuesto por siete títulos, reconstruye la historia política de Estados Unidos desde la fundación hasta el siglo XX. Entre ellos destacan:
- Burr (1973)
- 1876 (1976)
- Lincoln (1984)
- Imperio (1987)
- Hollywood (1990)
- La edad de oro (The Golden Age, 2000)
En estas novelas, Vidal mezcla ficción y personajes reales, construyendo un fresco histórico que revela los mecanismos ocultos del poder y la corrupción.
Otros títulos importantes traducidos al castellano son Juliano el Apóstata (Julian, 1964), una recreación del emperador romano que intentó frenar la expansión del cristianismo, y Creación (1981), una monumental novela histórica ambientada en la Persia de Darío y Jerjes.
Técnicas narrativas
Su narrativa se caracteriza por la ironía, el tono satírico y un estilo elegante pero incisivo. Vidal empleaba:
- Metaficción histórica: insertar personajes inventados en episodios reales para reinterpretar la historia.
- Narradores poco fiables: voces que cuestionan la verdad oficial.
- Diálogo ágil y mordaz, heredero de la tradición clásica y de la comedia de costumbres.
- Perspectiva crítica: tanto en sus novelas como en sus ensayos, ponía al descubierto el lado oscuro del poder y la política.
Ensayos y pensamiento crítico
En el ensayo, su obra monumental es Estados Unidos: ensayos 1952-1992, con el que ganó el National Book Award. En él reúne reflexiones sobre cultura, política y literatura. Su tono es mordaz, con una ironía que recuerda a Voltaire y Oscar Wilde, dos de sus referentes declarados.
Incursiones en cine y televisión
Gore Vidal fue también guionista en Hollywood. Colaboró —a veces sin acreditar— en películas como Ben-Hur (1959), a la que aportó un subtexto homoerótico, o Calígula (1979), que terminó siendo modificada de manera polémica. Escribió además De repente, el último verano (1959), adaptación de Tennessee Williams, y La mejor mujer (The Best Man, 1964), basada en su propia obra teatral.
En televisión fue invitado habitual a debates y programas, donde sus enfrentamientos con William F. Buckley Jr. se hicieron célebres. Estos choques verbales, transmitidos en directo, lo consagraron como uno de los polemistas más temidos de su tiempo.
Curiosidades
- Fue nieto de Thomas Gore, senador por Oklahoma, lo que marcó su temprano interés por la política.
- Se presentó en dos ocasiones como candidato al Congreso, sin éxito, aunque siempre mantuvo aspiraciones políticas.
- Vivió gran parte de su vida en Ravello, Italia, en la Villa La Rondinaia, donde recibía a escritores, artistas y políticos de todo el mundo.
- Tuvo una relación sentimental duradera con Howard Austen, aunque se definía como bisexual y nunca se casó.
- Fue amigo cercano de celebridades como Paul Newman, Tennessee Williams y Federico Fellini.
Un legado incómodo
Gore Vidal murió en 2012, pero dejó tras de sí una obra vasta, polémica y vigente. Sus novelas históricas permiten leer la historia estadounidense desde un ángulo crítico, mientras que sus ensayos siguen siendo un espejo irónico de las contradicciones de su país. Su vida, entre la literatura, el cine, la política y la provocación, lo convierte en uno de los intelectuales más complejos y fascinantes del siglo XX.
Recordar su nacimiento un 3 de octubre es evocar no solo a un gran narrador, sino a un intelectual combativo que hizo de la escritura una forma de resistencia contra el poder y la mentira.
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