Un 6 de agosto de 1934, en Oxford (Inglaterra), nacía Piers Anthony Dillingham Jacob, quien más tarde firmaría simplemente como Piers Anthony. Su nombre quizá no suene tan rotundo como el de Tolkien o Asimov, pero quienes lo han leído saben que se trata de uno de los escritores más singulares, prolíficos y creativos de la literatura fantástica del siglo XX. Su obra, que abarca tanto la ciencia ficción dura como la fantasía humorística, está atravesada por un impulso lúdico, una imaginación desbordante y una cercanía inusual con sus lectores.

Con más de 160 libros publicados, Piers Anthony representa un tipo de escritor que ya casi no existe: alguien que escribía por vocación, por necesidad económica y por pura fascinación con los mundos que podía inventar con palabras.


De Oxford a Florida: una vida a caballo entre dos culturas

Aunque nació en Inglaterra, Anthony se crio en los Estados Unidos, a donde emigró con su familia siendo niño. La experiencia del desarraigo marcaría su carácter y lo volvió desde joven un observador crítico de la sociedad. Fue un estudiante brillante, se graduó en Goddard College y sirvió brevemente en el ejército estadounidense, una experiencia que luego aprovecharía para construir algunos de sus personajes más endurecidos y reflexivos.

Tras su paso por el ejército, decidió dedicarse de lleno a la escritura, aunque los inicios no fueron fáciles. Durante años vivió con escasos recursos, escribiendo a contrarreloj, a menudo para vender a revistas pulp o a editoriales pequeñas. Su relación con la industria editorial siempre fue tensa: se mostró reacio a las imposiciones comerciales y defendió con fiereza su autonomía creativa. No obstante, el éxito terminó por llegar.

Xanth: un mundo de magia, chistes y talento

La saga que lo convirtió en un autor de culto fue, sin duda, Xanth, una serie de fantasía que empezó en 1977 con la novela A Spell for Chameleon (Un hechizo para Camaleón). Ambientada en un reino mágico donde cada habitante posee un talento sobrenatural (desde los más útiles hasta los más absurdos), Xanth combina aventura fantástica, humor lingüístico y sátira social, todo ello con una estética que recuerda a los cuentos clásicos y los cómics.

Desde el principio, la saga destacó por su estilo desenfadado y por los juegos de palabras —algunos considerados geniales, otros simplemente extravagantes—. Piers Anthony no tenía miedo de mezclar zombis con frutas mágicas, princesas con insectos parlantes, o caballeros con castillos que cobran vida. Esta mezcla insólita atrajo a generaciones de lectores jóvenes y adolescentes, quienes encontraron en Xanth un refugio literario lleno de color, sorpresa y humor.

Hasta la fecha, la serie Xanth supera los 40 volúmenes y sigue en curso, lo que la convierte en una de las sagas de fantasía más longevas jamás escritas por un solo autor.

Más allá de Xanth: ciencia ficción, alegoría y sátira

Pero reducir a Anthony a Xanth sería injusto. Su producción incluye obras más ambiciosas y complejas. Una de las más destacadas es Macroscope (1969), una novela de ciencia ficción filosófica sobre el conocimiento, la evolución mental y el futuro de la inteligencia humana. Fue nominada a los premios Hugo y Nebula y demostró que Anthony era capaz de moverse en el terreno de la «hard sci-fi» con solvencia.

Otra serie importante es Incarnations of Immortality, una saga en la que figuras abstractas como la Muerte, el Tiempo, la Naturaleza o el Mal asumen forma humana y tienen que lidiar con dilemas morales, políticos y existenciales. Esta serie mezcla fantasía metafísica, comentario social y acción, y fue muy influyente en los años 80.

También destacan:

  • Cluster: serie de ciencia ficción sobre viajes interplanetarios y transferencia de conciencia entre cuerpos.
  • Bio of a Space Tyrant: una saga provocadora que mezcla política interplanetaria con reflexiones sobre el poder, el sexo y la violencia.
  • Mode: novelas que exploran realidades paralelas desde una perspectiva metafísica y matemática.

Anthony ha abordado temas polémicos en su obra —sexualidad, religión, violencia, censura—, a menudo sin filtros, lo que le ha generado no pocos detractores. Algunas de sus novelas han sido criticadas por su tratamiento superficial o incluso problemático de temas sensibles, pero él nunca ha rehuido el debate.

El escritor y sus lectores

Una de las características más inusuales de Piers Anthony es su relación directa con los lectores. Desde los años 80, incluye en muchos de sus libros largos prólogos o posfacios donde comenta anécdotas personales, sus problemas con las editoriales, el proceso de escritura y las cartas que recibe. Su página web, que actualiza él mismo desde hace décadas, es una mezcla entre diario personal, tablón de anuncios y archivo literario.

Esta cercanía —hoy muy común gracias a las redes sociales, pero en su momento totalmente inusual— lo convirtió en un autor de culto para muchos jóvenes que soñaban con escribir.

Un legado lleno de imaginación

Hoy, Piers Anthony cumple 91 años, y aunqueactualmente se le menciona menos en los debates literarios del género, su influencia sigue viva. Fue un autor que no se plegó a las modas, que escribió por vocación y por necesidad, y que defendió siempre la libertad del escritor frente a las imposiciones comerciales.

Su literatura no es para todos los gustos: quienes buscan realismo psicológico o prosa refinada pueden frustrarse. Pero quienes aceptan el juego —el pacto con la imaginación más desbordada— encuentran en Anthony una fuente inagotable de mundos, criaturas, ideas y aventuras.

Recordarlo cada 6 de agosto no solo es un homenaje a su cumpleaños, sino también a una forma de escribir y de imaginar que hoy, entre algoritmos y listas de ventas, parece casi extinta.

Curiosidades de Piers Anthony: el escritor que no deja de escribir

  • Su verdadero nombre era larguísimo: Nació como Piers Anthony Dillingham Jacob. Usó «Piers Anthony» como seudónimo para simplificar su nombre en las portadas.
  • Se nacionalizó estadounidense: Aunque nació en Oxford (Inglaterra), creció en los Estados Unidos y obtuvo la ciudadanía tras casarse. Lo hizo, según él, para evitar que lo deportaran si llegaba el éxito editorial.
  • No tuvo reparos en escribir por dinero: En varias ocasiones reconoció que aceptaba encargos, escribía rápido y con un ojo puesto en el mercado. Sin embargo, siempre mantuvo un estilo personal y reconocible.
  • Inventó un personaje basado en su editor: En venganza amistosa, incluyó a un editor en una de sus novelas con un talento mágico ridículo. Era su forma de desahogarse frente a las presiones comerciales.
  • Respondía cartas de lectores a mano: En los años 80 y 90, se tomó en serio el contacto con su público y solía responder personalmente a quienes le escribían. Más adelante trasladó ese vínculo a su web, que sigue activa.
  • La saga Xanth casi no ve la luz: El primer volumen fue rechazado por varios editores. Solo tras insistir y reescribirlo parcialmente consiguió que lo publicaran… y acabó vendiendo millones.
  • Hacía encuestas con sus lectores para decidir títulos y tramas: En varios casos preguntó directamente a sus fans por correo o a través de su sitio web sobre qué camino debería tomar alguna historia.
  • Tiene libros prohibidos en bibliotecas: Algunas de sus novelas han sido objeto de censura en EE. UU. por sus referencias sexuales, políticas o religiosas, algo que siempre criticó abiertamente.
  • Nunca dejó de escribir: Incluso después de los 80 años, Piers Anthony seguía publicando al menos un libro al año. Decía que la jubilación era para quienes no disfrutaban lo que hacían.


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