Publicado con motivo del 130.º aniversario de su nacimiento (24 de julio de 1895–7 de diciembre de 1985)
Robert Graves fue muchas cosas: soldado herido en el campo de batalla, poeta marcado por el horror, novelista apasionado por el mundo antiguo y defensor de una visión mágica de la poesía. Su vida y su obra abarcan el siglo XX con una intensidad única. En este artículo te invitamos a descubrir a uno de los escritores británicos más fascinantes, tanto por su trayectoria vital como por su legado literario.
Una vida marcada por la guerra… y por las musas
Nació el 24 de julio de 1895, en Londres, en una familia culta: su padre era poeta y su madre descendía de un importante historiador alemán. Fue educado en escuelas de élite, pero todo cambió cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Graves se alistó, combatió en las trincheras de Francia, fue herido gravemente y declarado muerto por error. Esa experiencia dejó una huella imborrable que atravesaría su obra, especialmente su poesía y su célebre autobiografía Adiós a todo eso.
Tras la guerra, se instaló en Mallorca, donde vivió largos años, primero con la escritora Laura Riding y después con su esposa Beryl. En Deià, rodeado de paisaje mediterráneo, escribió muchas de sus obras más importantes. Allí murió el 7 de diciembre de 1985, y hoy su casa puede visitarse como museo.
Obras principales: de Roma a las trincheras
Adiós a todo eso (1929)
Una autobiografía sorprendente por su franqueza, donde Graves relata su juventud, la guerra, el desarraigo y su ruptura con la Inglaterra de su tiempo. Es un testimonio humano, lúcido y doloroso, y uno de los grandes libros de memorias del siglo XX.
Yo, Claudio (1934)
Probablemente su obra más famosa. Una novela histórica contada por el emperador Claudio, que narra su vida desde la infancia hasta su llegada al trono romano. A través de un estilo sobrio e irónico, Graves pinta un retrato inolvidable del poder, la traición y la decadencia del Imperio. La novela tuvo una secuela, Claudio el dios y su esposa Mesalina, y fue adaptada en una serie de culto por la BBC.
La hija de Homero (1955)
Una atrevida relectura de La Odisea, en la que Graves plantea que el poema fue escrito por una mujer. La novela combina erudición con imaginación, y refuerza su creencia en el papel de la figura femenina como origen de la poesía.
La Diosa Blanca (1948)
Una obra inclasificable entre el ensayo, el poema y la mitología. En ella Graves expone su teoría de que toda poesía verdadera nace de la inspiración de una diosa ancestral: la «Diosa Blanca». Es una lectura compleja, pero fundamental para entender su visión del arte.
¿Cómo escribía Robert Graves?
Graves era un escritor minucioso, con un estilo claro y elegante. En sus novelas históricas:
- Usaba narradores en primera persona, que daban realismo y cercanía.
- Recreaba el pasado con fidelidad, pero también con libertad literaria.
- Alternaba la ironía con la tragedia, y la intriga con la reflexión.
- En poesía, combinaba la dureza de la guerra con una sensibilidad estética muy depurada.
Aunque su narrativa tuvo mucho éxito, Graves nunca dejó de considerarse, ante todo, poeta.
Curiosidades que tal vez no sabías
- Fue compañero de armas y amigo del poeta Siegfried Sassoon, otro gran cronista de la Primera Guerra Mundial.
- Rechazó el título de Poet Laureate del Reino Unido, una distinción que muchos escritores sueñan con recibir.
- Su novela Yo, Claudio fue adaptada en una serie mítica de la BBC en 1976, que hoy sigue siendo una joya del drama histórico.
- Vivió más de 50 años en Mallorca, donde se le considera una figura casi local.
Un legado que sigue vivo
Graves dejó una huella profunda en la literatura del siglo XX. Su poesía de guerra influyó en generaciones posteriores por su crudeza y honestidad. Sus novelas históricas abrieron camino a autores como Mary Renault, Robert Harris o Hilary Mantel. Y su defensa de la inspiración femenina y mítica en La Diosa Blanca sigue siendo fuente de debate y fascinación.
Hoy, al cumplirse 130 años de su nacimiento, leer a Robert Graves es sumergirse en la historia, la mitología, la poesía y la memoria. Es una voz que nos recuerda que escribir es también una forma de resistir el olvido, el horror y el dogma. Y que, a veces, los mejores narradores son aquellos que miran desde los márgenes del poder.
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