El 3 de julio de 1883 nació en Praga uno de los escritores más influyentes, inquietantes y enigmáticos del siglo XX: Franz Kafka. Su obra, marcada por el absurdo, la alienación y la opresión burocrática, ha llegado a definir un adjetivo —»kafkiano»— que va mucho más allá de la literatura. En este artículo repasamos su vida, sus principales escritos, su legado, su estilo narrativo, las influencias que lo moldearon y algunas curiosidades que lo rodean.
Franz Kafka nació en el seno de una familia judía de clase media-alta en Praga, entonces parte del Imperio austrohúngaro. Su padre, Hermann Kafka, era un comerciante autoritario cuya figura marcaría profundamente la psique del escritor. Franz se formó en Derecho y trabajó durante años en una compañía de seguros, actividad que detestaba, pero que le permitió observar de cerca el mundo burocrático que después retrataría con maestría.
De carácter reservado, sensible y atormentado, Kafka padeció diversas enfermedades físicas y psicológicas, entre ellas tuberculosis, que acabó con su vida en 1924, a los 40 años. Nunca se casó, aunque tuvo varias relaciones complejas y epistolares, como con Felice Bauer o Milena Jesenská. Durante su vida apenas publicó unas pocas obras, y fue su amigo Max Brod quien desobedeció su expreso deseo de destruir sus manuscritos y los dio a conocer póstumamente.
Obras
La metamorfosis (1915)
Quizá su obra más famosa. Gregor Samsa, un viajante de comercio, despierta una mañana convertido en un insecto gigante. La historia muestra con crudeza la alienación familiar y social, y la deshumanización del individuo. Es a la vez una fábula grotesca y un retrato angustiante de la incomunicación.
El proceso (publicado en 1925)
Josef K. es arrestado sin saber por qué, y atrapado en una maraña de procedimientos judiciales opresivos. Es una crítica feroz a la burocracia deshumanizadora y a la impotencia del individuo frente a un sistema ininteligible y omnipresente. El manuscrito quedó inconcluso.
El castillo (publicado en 1926)
Un agrimensor, conocido como K., llega a una aldea dominada por un misterioso castillo, donde intenta sin éxito obtener una audiencia con las autoridades. La novela es un ejemplo paradigmático del absurdo burocrático y del anhelo humano por encontrar sentido.
Carta al padre (1919)
Un texto autobiográfico desgarrador en forma de carta (nunca enviada) dirigida a su padre, donde Kafka analiza con lucidez y dolor la figura paterna como origen de sus inseguridades y miedos.
Otros relatos
Kafka escribió numerosos relatos breves, como En la colonia penitenciaria, Un artista del hambre, Ante la ley, La condena, entre otros. Todos comparten un tono inquietante y una visión sombría de la existencia humana.
Técnica narrativa
Kafka es un maestro del estilo sobrio y preciso. Sus narraciones combinan lo cotidiano con lo absurdo, lo realista con lo onírico. Lo perturbador en sus obras no es lo extraño en sí, sino la normalización de lo monstruoso. El lenguaje es claro, casi frío, y esto contrasta violentamente con las situaciones absurdas o pesadillescas que describe.
Sus obras suelen carecer de resolución convencional: los personajes están atrapados, sin escapatoria, en estructuras ininteligibles. Kafka rompe la lógica causal tradicional para imponer una lógica del sinsentido, y esa ruptura es lo que convierte su obra en una experiencia radical y profundamente moderna.
Influencias
Kafka fue un ávido lector. Entre sus influencias figuran:
- Friedrich Nietzsche, por su visión crítica del poder y de la moral.
- Fiódor Dostoievski, especialmente por Crimen y castigo, que Kafka admiraba.
- Franz Grillparzer y Heinrich von Kleist, autores del romanticismo alemán.
- El judaísmo místico y el Talmud, que le influyeron más culturalmente que religiosamente.
- La filosofía existencialista, aunque Kafka precede a muchos de sus exponentes, se puede considerar un precursor de Sartre o Camus.
Legado e importancia
Franz Kafka es considerado uno de los escritores más influyentes del siglo XX. Su obra ha sido leída en clave existencialista, psicoanalítica, política, religiosa, surrealista y filosófica. La expresión “lo kafkiano” ha pasado al lenguaje común para describir situaciones absurdas, opresivas o pesadillescas.
Ha influido en autores como Albert Camus, Jean-Paul Sartre, Jorge Luis Borges, Haruki Murakami, Gabriel García Márquez, Paul Auster, entre muchos otros. El cine, el teatro y las artes visuales han bebido también de su estética y de sus temas.
Kafka no solo diagnosticó el malestar moderno, sino que anticipó el siglo del totalitarismo, la despersonalización y la angustia burocrática. Su obra se vuelve cada vez más actual.
Curiosidades
- Nunca terminó una novela. El proceso y El castillo quedaron inconclusas.
- Escribía de noche, ya que el día lo dedicaba a su trabajo en la compañía de seguros.
- Quería que su obra fuera destruida, pero su amigo Max Brod la publicó, desobedeciendo su última voluntad.
- Nunca fue famoso en vida, pero se convirtió en un ícono de la literatura del siglo XX tras su muerte.
- Tenía una relación ambivalente con el judaísmo, y aunque no fue religioso, exploró el tema del destino, la culpa y la ley con resonancias bíblicas.
- Kafka y el cine: su mundo ha inspirado películas como Brazil (Terry Gilliam), El proceso (Orson Welles) o Synecdoche, New York (Charlie Kaufman).
- Hay un museo Kafka en Praga, y una escultura móvil de su rostro hecha por David Černý que rota en capas.
Conclusión
Franz Kafka sigue siendo una figura esencial para entender la angustia del ser humano frente a sistemas incomprensibles, la búsqueda de sentido en un mundo caótico y la fragilidad del yo moderno. Su obra, incómoda y fascinante, nos recuerda que incluso en medio del absurdo más oscuro, la literatura puede ser un espejo lúcido de nuestras más profundas inquietudes.
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