El 8 de junio de 1903 nacía en Bruselas una de las figuras más singulares de la literatura europea del siglo XX: Marguerite Yourcenar, escritora, ensayista, traductora y la primera mujer en ingresar en la Academia Francesa. Su vida fue tan excepcional como su obra, y su legado continúa inspirando a generaciones de lectores y escritores por igual.


Una vida entre siglos y culturas

Nacida como Marguerite Antoinette Jeanne Marie Ghislaine Cleenewerck de Crayencour, adoptó el seudónimo «Yourcenar» como un anagrama parcial de su apellido. De familia aristocrática, fue educada por su padre, Michel de Crayencour, un hombre culto y cosmopolita que alentó desde temprano su curiosidad intelectual.

A lo largo de su vida, Yourcenar vivió entre Europa y Estados Unidos, país donde se instaló durante la Segunda Guerra Mundial junto a su compañera de vida, Grace Frick. Este exilio voluntario marcó su apertura a nuevas tradiciones culturales y consolidó su voz como autora universal.

Obras destacadas

Alexis o el tratado del inútil combate (1929)

Primera novela publicada por Yourcenar, en forma de carta confesional de un joven que deja a su esposa tras revelarle su homosexualidad. Con una prosa sobria y una introspección refinada, inaugura muchos de los temas que recorrerán su obra: la identidad, el deseo, la libertad individual.

Memorias de Adriano (Mémoires d’Hadrien, 1951)

Su obra maestra y uno de los pilares de la novela histórica moderna. Yourcenar recrea en primera persona la voz del emperador romano Adriano, ya anciano, que rememora su vida, su amor por Antínoo y su visión del poder y la muerte. Mezcla erudición, sensibilidad y reflexión filosófica con un estilo de gran elegancia. Fue un éxito internacional y marcó un hito literario.

Opus Nigrum (L’Œuvre au noir, 1968)

Otra gran novela histórica centrada en el siglo XVI, sigue la vida de Zenón, médico, alquimista y pensador humanista, en una Europa sacudida por guerras religiosas y tensiones intelectuales. La obra combina precisión histórica con cuestionamientos existenciales y científicos. Ganó el Premio Femina.

Como el agua que fluye (1982)

Colección de tres nouvelles —»Anna, soror», «Una bella mañana» y «El tiro de gracia»— que abordan con maestría las pasiones humanas, el destino y la ambigüedad moral. Una muestra brillante de su estilo sobrio, introspectivo y lleno de resonancias clásicas.

Archivos del norte, Qué? La eternidad

Parte de una ambiciosa trilogía autobiográfica (El laberinto del mundo), estas obras exploran sus orígenes familiares con una mirada crítica, amorosa y a la vez distante. La autora mezcla memoria, historia y literatura con un tono meditativo.

Técnica narrativa: entre la claridad y la profundidad

La prosa de Yourcenar es precisa, clásica, limpia. Rechazaba el barroquismo, pero no la complejidad intelectual. Se interesó por la construcción minuciosa del personaje, el uso de la voz narrativa como máscara y herramienta de introspección, y una arquitectura narrativa sólida donde cada palabra estaba medida.

Utilizaba frecuentemente la primera persona ficcional, que le permitía explorar desde dentro la conciencia de sus protagonistas. Sus novelas son meditaciones sobre la historia, la muerte, el poder, la libertad y la belleza, más que simples narraciones de hechos.

Su estilo se caracteriza por:

  • Lenguaje sobrio y elevado, casi ceremonial.
  • Gran erudición integrada de forma natural.
  • Estructuras narrativas circulares o reflexivas.
  • Diálogos escasos, introspección abundante.
  • Narradores conscientes de su propia voz.

Legado y actualidad

Yourcenar fue una autora adelantada a su tiempo. No solo por su erudición o su independencia, sino por su capacidad de mirar la historia con una sensibilidad profundamente moderna. La elección de protagonistas marginales o ambiguos —un emperador gay, un alquimista herético, un joven que se aparta de los mandatos sociales— revela su fascinación por los individuos que se interrogan sobre su lugar en el mundo.

Fue la primera mujer en ingresar en la Academia Francesa en 1980, rompiendo una barrera simbólica y abriendo camino a nuevas voces. También fue una defensora de los derechos de los animales y del medioambiente, preocupaciones que expresó tanto en su vida como en algunos textos.

Hoy su obra sigue leyéndose con admiración. Su rigor estilístico, su profundidad filosófica y su mirada humanista la convierten en una autora imprescindible, no solo para los amantes de la literatura histórica, sino para quienes buscan una literatura que combine inteligencia, belleza y sentido.


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