Durante siglos, las mujeres han escrito desde los márgenes. Mientras los nombres de grandes autores masculinos se consolidaban como pilares del canon literario, muchas escritoras quedaron relegadas al olvido o silenciadas por prejuicios de género. Sin embargo, sus voces estaban ahí: lúcidas, originales, potentes, muchas veces adelantadas a su tiempo.

Este artículo es una invitación a redescubrir a esas autoras invisibles que el tiempo —y las estructuras culturales— relegaron a un segundo plano. Son escritoras que escribieron desde el deseo, la crítica, la fantasía o la disidencia. Y hoy, más que nunca, merecen ser leídas.


María Luisa Bombal (Chile, 1910–1980)

Bombal es una figura única dentro de la narrativa latinoamericana del siglo XX. En una época dominada por narrativas masculinas, ella escribió desde la intimidad femenina, con un estilo lírico y onírico que anticipó el realismo mágico.

Obras clave:

  • La última niebla (1934): una novela breve sobre el deseo, la represión y la construcción de mundos imaginarios como refugio.
  • La amortajada (1938): narrada desde la conciencia de una mujer muerta que asiste a su propio velorio. Un texto lírico, simbólico y profundamente emotivo.

Dónde leerla: Ediciones en Alianza Editorial o Austral suelen incluir ambas novelas.

Vernon Lee (Inglaterra, 1856–1935)

Bajo este seudónimo se escondía Violet Paget, una ensayista brillante y narradora de relatos fantasmales con una estética refinada, psicológica y ambigua. Fue una figura excéntrica y adelantada a su tiempo, con ideas feministas y pacifistas que incomodaron a muchos.

Obras clave:

  • Hauntings: Fantastic Stories (1890): relatos góticos con fantasmas más emocionales que espectrales.
  • El espíritu de Roma (ensayos): paseos filosóficos por la ciudad eterna desde una sensibilidad única.

Dónde leerla: Editorial Impedimenta ha rescatado varios de sus cuentos en español.

Alfonsina Storni (Argentina, 1892–1938)

Poeta revolucionaria, Alfonsina desafió los moldes sociales y poéticos de su época. Su obra mezcla sensibilidad lírica y crítica social, dando voz a las emociones, los cuerpos y las contradicciones de ser mujer.

Obras clave:

  • El dulce daño (1918): juventud, amor y melancolía.
  • Mundo de siete pozos (1934): introspección y simbolismo.
  • Mascarilla y trébol (1938): su testamento poético, escrito poco antes de su suicidio.

Dónde leerla: Antologías en Visor, Cátedra o Lumen.

Rosario Castellanos (México, 1925–1974)

Intelectual, feminista y diplomática, Castellanos escribió sobre la mujer, el racismo, la identidad indígena y la violencia estructural. Su obra es profunda, crítica y reveladora.

Obras clave:

  • Balún Canán (1957): una mirada infantil sobre la injusticia social en Chiapas.
  • Oficio de tinieblas (1962): una rebelión indígena contada con fuerza simbólica.
  • Mujer que sabe latín… (1973): ensayo feminista imprescindible.

Dónde leerla: Fondo de Cultura Económica (FCE) tiene gran parte de su obra disponible.

Djuna Barnes (EE. UU., 1892–1982)

Figura esencial del modernismo, Barnes escribió desde los márgenes del lenguaje y la sexualidad. Nightwood es una obra de culto, compleja y profundamente lírica, donde el dolor, el amor y la decadencia se entrelazan.

Obra clave:

  • El bosque de la noche (Nightwood, 1936): novela sobre el deseo, el fracaso amoroso y la soledad.

Dónde leerla: Disponible en Sexto Piso con traducción de Juan Antonio Montiel.

Leonora Carrington (Inglaterra-México, 1917–2011)

Surrealista rebelde, Carrington mezcló magia, locura y mito en textos tan inclasificables como fascinantes. Su obra literaria es tan poderosa como su pintura: extraña, femenina, subversiva.

Obras clave:

  • La casa del miedo (1938): cuentos llenos de humor negro y símbolos alquímicos.
  • Memorias de abajo (1945): testimonio de su internamiento psiquiátrico.
  • El séptimo caballo (1988): relatos donde lo absurdo y lo espiritual se tocan.

Dónde leerla: FCE, Siruela o Editorial Sigilo.

¿Y tú?

¿Conoces alguna autora “olvidada” que merezca ser leída hoy? ¿Has leído a alguna de estas escritoras?
Te leo en los comentarios. ¡Sigamos ampliando la biblioteca entre todas y todos!


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