La mitad de un Credo, del escritor canario Emilio González Déniz, es una novela publicada inicialmente en 1989, y que el pasado 10 de febrero ha vuelto a ser reeditada por Editorial Alrevés. La obra, basada en hechos reales, sigue la historia de Juan Buganvilla, un hombre perseguido por la dictadura franquista y condenado a muerte. Su personaje está inspirado en Juan García «El Corredera», un fugitivo que se convirtió en símbolo de resistencia y cuya ejecución en 1959 generó un fuerte impacto en la memoria histórica de Canarias.


Es una novela que me ha impactado por el tema y por como la ignorancia, a pesar de las posibilidades tecnológicas de la actualidad, nos hace olvidar nuestra memoria histórica. La Historia se repite una y otra vez y la desmemoria, que interesa a los poderosos, provoca que no pensemos más que en el aquí y en el ahora, condenados a repetir errores del pasado. Es una novela corta, entretenida y con una profundidad que permanece en nuestra mente.

A través de esta historia, la novela ofrece una profunda crítica a la pena de muerte y plantea una reflexión sobre la justicia y la opresión. El protagonista, Juan Buganvilla, es un hombre que no comprende del todo las divisiones políticas y doctrinales de su tiempo, pero cuya vida se ve marcada por la injusticia y la persecución. Más allá de su destino trágico, su figura se convierte en un símbolo de dignidad y resistencia frente al poder represivo del Estado.

La obra se desarrolla en el contexto de la Guerra Civil Española y la posguerra, abordando temas como la lucha por la libertad, la justicia social, la traición y el amor. La historia se construye en torno a la figura del protagonista y a los recuerdos de quienes lo conocieron, lo que permite ofrecer diferentes perspectivas sobre su vida y su destino.

Emilio González Déniz utiliza una serie de recursos narrativos que hacen de esta novela una obra intensa y evocadora.

  1. Narrador y perspectiva: La historia se cuenta desde un narrador omnisciente que combina distintos puntos de vista, lo que permite al lector conocer no solo los pensamientos del protagonista, sino también la percepción que los demás tienen de él. Esta multiplicidad de voces enriquece la historia y genera una sensación de profundidad.
  2. Estructura y temporalidad: La novela no sigue una estructura lineal, sino que alterna entre distintos momentos temporales. A través de flashbacks y analepsis, el lector reconstruye la vida de Juan Buganvilla, desde su juventud hasta el momento de su ejecución. Aunque el desenlace es conocido desde el principio, González Déniz consigue mantener el interés a lo largo de la narración, generando una tensión que recuerda a Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez.
  3. Lenguaje y estilo: La prosa del autor es poética y evocadora, con descripciones detalladas que capturan la atmósfera de la época y los estados emocionales de los personajes. Se hace un uso abundante de metáforas y simbolismos, lo que refuerza el tono trágico y reflexivo de la obra.
  4. Diálogos y oralidad: Los diálogos son realistas y reflejan el habla popular, lo que da autenticidad a la historia y permite comprender mejor la idiosincrasia de los personajes. Además, la influencia de la tradición oral es evidente en el relato, ya que muchas escenas parecen narradas como si fueran testimonios de quienes conocieron al protagonista.
  5. Simbolismo y carga histórica: La historia de Juan Buganvilla trasciende lo personal y adquiere una dimensión simbólica. Su vida y su destino representan a todas aquellas personas que fueron víctimas de la represión franquista, convirtiéndolo en un personaje con una fuerte carga histórica y social.

La mitad de un credo es una novela que combina hábilmente la ficción con la memoria histórica, ofreciendo un relato conmovedor sobre la injusticia y la lucha por la dignidad. Con una estructura narrativa bien elaborada, un estilo poético y un tratamiento profundo de sus personajes, Emilio González Déniz logra construir una historia que no solo informa sobre un episodio oscuro de la historia española, sino que también emociona y deja huella en el lector.

Recomendada para quienes buscan una novela que no solo entretenga, sino que también invite a la reflexión sobre la justicia, la memoria y la resistencia frente a la opresión.


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