La mano izquierda de la oscuridad, publicada en 1969, es una de esas novelas que marcan un antes y un después en la ciencia ficción. Escrita por Ursula K. Le Guin, esta historia no solo ganó los premios Hugo y Nébula, sino que también se convirtió en un referente por la forma en que mezcla aventuras espaciales con reflexiones profundas sobre el género, la política y las relaciones humanas.


La mano izquierda de la oscuridad es una novela a la que tenía ganas y, desde luego, me ha gustado sobre todo por los temas que trata y, en especial por el tratamiento del género y la identidad, tema que que posteriormente trató Elía Barceló en su novela Consecuencias Naturales, novela con la que disfruté muchísimo.

De qué va

La trama nos lleva al planeta Gueden, también conocido como Invierno, un lugar frío y hostil donde los habitantes tienen una peculiaridad: son andróginos. Solo adoptan características sexuales durante unos días al mes, lo que cambia por completo cómo entienden el género y la sociedad.

Genly Ai, un enviado del Ecumen (una especie de coalición galáctica que busca unir planetas), llega a Invierno para proponerles que se unan. Pero no es tan fácil: las diferencias culturales y las tensiones políticas entre las dos principales naciones, Karhide y Orgoreyn, complican las cosas. Además, Genly tiene que enfrentarse a sus propios prejuicios, especialmente cuando su único aliado termina siendo Estraven, un político de Karhide que no siempre parece jugar limpio.

La relación entre Genly y Estraven es el corazón de la historia. Juntos emprenden una travesía épica por un paisaje helado, enfrentándose tanto al frío extremo como a los muros invisibles que separan sus formas de pensar.

Qué la hace especial

Lo que hace única a esta novela es cómo Le Guin se atreve a explorar el género de una manera que en su época era revolucionaria (y que aún hoy resulta fascinante). En Invierno, no hay roles de género porque prácticamente no hay géneros. Esto obliga al lector, y al propio Genly, a replantearse cosas que damos por sentadas, como la división de tareas o las relaciones de poder.

Pero no todo es filosofía: también hay intriga política, momentos de acción y una buena dosis de paisajes increíbles que hacen que te sientas como si realmente estuvieras caminando por un planeta helado.

La técnica narrativa

Le Guin utiliza una combinación de perspectivas narrativas para enriquecer la historia. Aunque gran parte de la novela está narrada en primera persona por Genly Ai, también incluye entradas de diarios, relatos mitológicos guedenianos y fragmentos de documentos oficiales. Esta estructura le da profundidad al mundo de Gueden, permitiendo que el lector lo entienda desde múltiples ángulos: el cultural, el personal y el político.

La alternancia entre estos enfoques no solo construye un universo complejo, sino que también aporta un ritmo variado a la narración. Al mismo tiempo, la prosa de Le Guin es clara y poética, creando imágenes vívidas sin perder la carga emocional que atraviesa toda la historia.

Por qué leerla

La mano izquierda de la oscuridad no es solo ciencia ficción; es una historia profundamente humana sobre cómo nos entendemos a nosotros mismos y a los demás. Le Guin crea un mundo tan detallado y real que te atrapa desde el principio, y sus personajes, especialmente Estraven, se quedan contigo mucho después de cerrar el libro.

Además, es una obra que ha dejado huella. Marcó un hito al introducir cuestiones de género y cultura en la ciencia ficción, y sigue siendo un referente para escritores y lectores que buscan algo más que naves espaciales y batallas galácticas.

En resumen

Si te gustan las historias que combinan aventuras con temas que te hacen pensar, esta novela es para ti. Es un viaje al frío de Invierno y al calor de las emociones humanas, todo envuelto en una narrativa cautivadora y sorprendentemente actual.


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