La niña que amó a un demonio con tacones rojos (Ediciones Valparaíso 2019), de Brenda Mitchelle, es una novela breve, rica en simbolismo y profundidad emocional, que se sumerge en la vida de una niña que enfrenta las complejidades del dolor y el aislamiento emocional desde una edad temprana.
Un novela corta diferente con gran imaginación y temas profundos.
A lo largo de sus 116 páginas, la protagonista experimenta diversas transiciones difíciles que abarcan el divorcio de sus padres, el abuso familiar y la sensación de alienación al cambiar repetidamente de entorno. Este contexto sombrío y solitario alimenta en ella una percepción aguda del mundo y la empuja a desarrollar un carácter introspectivo que, sin embargo, se traduce en una especie de auto encarcelamiento emocional.
La trama da un giro fantástico y místico cuando la protagonista, sumida en la soledad, encuentra compañía en una figura inusual: un demonio con tacones rojos que surge de las páginas de un libro grueso, como si fuese un maestro espiritual o un amigo imaginario. Esta figura, al contrario de lo que su apariencia podría sugerir, se convierte en un símbolo de apoyo y en su guía en el camino hacia la sanación emocional. El demonio ofrece a la niña herramientas artísticas y espirituales que no solo amplían sus horizontes, sino que la dotan de un nuevo lenguaje para confrontar su dolor. Mediante la pintura, la literatura, la música y la naturaleza, el demonio enseña a la protagonista a reconectarse con el mundo y a encontrar significado y consuelo en el arte, alejándose de los convencionalismos sobre lo que es bueno o malo.
Esta relación entre la niña y el demonio también ofrece una crítica y reflexión sobre los procesos de sanación no convencionales. Mitchelle parece cuestionar los límites entre el bien y el mal, así como las etiquetas que el mundo externo impone a las experiencias y las figuras que, aunque no sean tradicionales, pueden ofrecer una salida a los más profundos conflictos personales. El demonio, que representa tanto el misterio de la espiritualidad como el poder del arte, se convierte en una figura esencial que redefine los conceptos de ayuda y comprensión, mostrándose como alguien dispuesto a cuidar y proteger a la protagonista en su viaje emocional.
Desde un punto de vista literario, Brenda Mitchelle usa un lenguaje poético e intenso, cargado de imágenes y metáforas que enriquecen la experiencia del lector y dan profundidad a la historia. Esta técnica permite que el relato, a pesar de ser breve, alcance una densidad emocional significativa y deje una impresión duradera en el lector. La combinación de una narrativa directa con elementos sobrenaturales y simbólicos le da al libro un tono entre onírico y existencialista, cuestionando tanto la realidad como la fantasía y explorando la línea difusa entre ambas.
Además, esta novela es un reflejo de la trayectoria de Mitchelle como artista multifacética. Su experiencia en la dramaturgia y el teatro, así como en la poesía, se traduce en una habilidad para narrar desde una perspectiva que invita al lector a reflexionar sobre la vulnerabilidad humana y la fuerza del arte como redentor. La obra invita a la introspección y nos recuerda que, a veces, la verdadera ayuda puede surgir de figuras o métodos inesperados, capaces de transmitir enseñanzas profundas a través de sus imperfecciones.
La niña que amó a un demonio con tacones rojos es, en esencia, una fábula moderna que habla de la búsqueda de la identidad y la autosanación en medio de la adversidad. Es una historia de resistencia, donde el dolor se convierte en el cimiento de un viaje transformador, y el lector se adentra en la perspectiva de una niña cuyo entendimiento del mundo se amplía a través de una figura demoníaca que la impulsa a descubrir la belleza y el poder del arte.
S. Brenda Mitchelle, actriz, escritora, poeta, dramaturga, comunicóloga. Finalista del III Premio Internacional de Relatos Ciudad de Sevilla (España) y Mención Honorífica del Certamen Estatal de Literatura Laura Méndez de Cuenca 2016, México. Becaria Jóvenes creadores en letras (PECDA 2015-16) y del Instituto Nacional de Bellas Artes. Autora de la novela La niña que amó a un demonio con tacones rojos (Valparaíso Ediciones), del álbum ilustrado: El gato que amó, quiso ser perro (Mr. Momo), de relatos: Memorias de extraños seres que no se acostumbraron a la tierra (FOEM). Diplomada en Gestión Cultural por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes IMAC-P y en Creación literaria por el Instituto Nacional de Bellas Artes y literatura, doble magíster en Arts, lettres, langues, Méntión: langues, littératures et civilisations étrangères por l’Université Lumière Lyon 2, Lyon, Francia y la Universidad de Sevilla en la que actualmente es doctoranda y se encuentra trabajando en la generación de una Poética basada en la Dramaturgia mexicana contemporánea e imparte charlas y conferencias. Como actriz ha participado en una treintena de puestas en escena y de proyectos audiovisuales.
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