El monstruo, la sirena y el doctor Mengele (Dolmen Editorial, 2023) es una novela corta que nos sumerge en una inquietante y fascinante mezcla de historia real y ficción especulativa. Con la jungla sudamericana como telón de fondo, Watson plantea una historia en la que el infame Josef Mengele, el despiadado médico nazi conocido por sus atroces experimentos en Auschwitz, sigue huyendo de la justicia internacional mientras busca perpetuar sus siniestros intereses científicos.
Siempre que leo o escucho el nombre de Mengele me acuerdo de la película Los niños del Brasil y a mi admirado Gregory Peck haciendo de malvado. Bueno, pero el libro no lo compré por eso sino por estar escrito por Ian Watson, al que tengo la suerte de conocer, por ser asidua al festival Celsius 232, y ser este escritor el que controla el tiempo a con su bastón de Culthu. Y si queréis saber más no queda otro remedio que o acudir a alguna de sus presentaciones o asistir al citado festival. Pero, al margen de lo mencionado, Ian es un gran escritor de ciencia-ficción y guionista de la película AI, iniciada por Stanley Kubrick y continuada por Steven Spielberg.
Me ha encantado y a continuación os contaré los motivos.
La trama se centra en la obsesiva caza que Mengele emprende hacia dos criaturas que, lejos de ser humanas, son las creaciones del Doctor Victor Frankenstein. Estos seres, un monstruo y una sirena, viven en paz y en amor mutuo, ocultos en la espesura de la jungla. Sin embargo, la ambición desmedida del doctor nazi los pondrá en peligro, ya que Mengele está decidido a capturarlos para continuar con sus abominables experimentos y, de este modo, obtener el reconocimiento científico que tanto ansía.
Desde el inicio, Watson deja claro que no estamos ante una típica historia de ciencia ficción. La novela nos ofrece un retrato fascinante de uno de los criminales más oscuros del siglo XX, pero lo entrelaza con un relato fantástico que homenajea a Mary Shelley y su icónica criatura. Mengele se presenta como un personaje frío y obsesionado, movido por una inquietante fascinación con la genética y la pureza racial, lo que le impulsa a buscar a estas dos criaturas para diseccionarlas, tanto en sentido literal como metafórico.
A nivel estilístico, Ian Watson ofrece una prosa rica en ideas, salpicada de referencias históricas y científicas. Cada párrafo está cargado de reflexiones que van más allá de la narrativa principal, exigiendo al lector un cierto esfuerzo para discernir entre las digresiones intelectuales del autor y el desarrollo de la trama. A pesar de su brevedad, la novela está repleta de momentos que invitan a la reflexión, particularmente en torno a los límites éticos de la ciencia y la moralidad humana. La comparación implícita entre Mengele y Frankenstein es uno de los puntos más interesantes del texto, ya que ambos científicos encarnan la peligrosa ambición de manipular la vida sin considerar las devastadoras consecuencias de sus acciones.
Por otro lado, la traducción a cargo de Cristina Macía (al final de la historia hay una sección en la que habla sobre ello, logra mantener la densidad intelectual de la prosa de Watson, sin perder el dinamismo necesario para una novela breve. La habilidad del autor para alternar entre lo macabro y lo humorístico es un rasgo destacado, y la traducción refleja este equilibrio con precisión.
Aunque los monstruos del título son el foco principal, la novela invita al lector a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del monstruo. Las criaturas de Frankenstein, a pesar de su origen no natural, no son malvadas. Es, de hecho, Mengele, el único personaje humano, quien se revela como el auténtico monstruo, impulsado por su crueldad y falta de humanidad.
En cuanto a la estructura narrativa, El monstruo, la sirena y el doctor Mengele no busca ser una obra de gran complejidad argumental. Su enfoque está más en el desarrollo de ideas y en la construcción de un ambiente opresivo y perturbador, donde el horror no reside tanto en los seres fantásticos como en la mente del propio Mengele. La historia fluye con agilidad, haciendo que el lector avance rápidamente, pero dejando un poso de inquietud que persiste tras la última página.
Conclusión
En definitiva, El monstruo, la sirena y el doctor Mengele es una obra que combina de manera brillante el horror histórico con el género fantástico, invitando al lector a explorar cuestiones éticas y morales que siguen siendo relevantes hoy en día. La habilidad de Ian Watson para tejer una narrativa intrigante y cargada de significado en tan pocas páginas es impresionante, y el resultado es una novela que, aunque corta, deja huella.
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