La mala costumbre (Seix Barral, 2023), de Alana S. Portero, es una novela que se adentra en la complejidad de la identidad y las tensiones de crecer en un entorno adverso. Ambientada en un barrio obrero de Madrid en los 90, la obra es una mezcla de memoria personal, reflexión y crítica social. A través de una prosa evocadora, Portero construye una narrativa introspectiva sobre el proceso de autodescubrimiento y la lucha por encontrar un lugar en el mundo.
Esta es una novela a la que tenía ganas y no me ha defraudado en lo más mínimo. Ha sido una lectura emocionante, empática, y, al mismo tiempo, aterradora al conocer el sufrimiento de la protagonista. Me ha recordado a «Las malas» de Camilla Sosa, tanto por el tema como por la calidad de la escritura. Muy recomendable.
Temas principales
Uno de los ejes centrales de La mala costumbre es la exploración de la identidad de género. La protagonista, una joven que se reconoce como trans, navega entre la disconformidad con el cuerpo que le fue impuesto al nacer y la búsqueda de una identidad que la defina de forma auténtica. Esta experiencia es narrada con crudeza, sin concesiones, mostrando las microviolencias y el rechazo que enfrenta por parte de su entorno.
Otro tema relevante es la clase social. El barrio en el que crece la protagonista está marcado por la precariedad económica, el machismo y la rigidez de los roles sociales. A través de esta realidad, Portero teje una crítica incisiva al sistema que margina a quienes no se ajustan a las expectativas normativas, ya sea por su identidad de género, su orientación sexual o su situación económica.
Personajes y relaciones
El personaje central, cargado de una profunda sensación de alienación, es retratado de manera honesta y vulnerable. Sus emociones, miedos y deseos se sienten palpables en cada página. La relación con su madre y las figuras que la rodean es compleja y está llena de contradicciones. Si bien encuentra en ciertos momentos lazos afectivos que la sostienen, a menudo se siente desarraigada y excluida.
Los personajes secundarios también son fundamentales para el desarrollo de la trama, ya que representan las diversas facetas de la sociedad que rechazan o aceptan, en diferentes grados, a la protagonista. La narración se adentra en las tensiones familiares, las dinámicas de poder en el barrio y las dificultades para establecer relaciones afectivas en un mundo hostil.
Técnica narrativa
La prosa de Portero es potente y lírica. A lo largo de la novela, se percibe un ritmo que alterna entre la delicadeza de las emociones más íntimas y la brutalidad de las realidades externas. Utiliza descripciones detalladas y un lenguaje directo que refleja las contradicciones entre lo que el personaje siente y lo que el mundo espera de ella. Hay una riqueza poética en la forma en que narra los momentos más dolorosos, lo que otorga una belleza melancólica a la obra.
El uso de la primera persona permite una inmersión profunda en la mente de la protagonista. Su voz, sincera y reflexiva, invita al lector a compartir su viaje interno, comprendiendo las complejidades de su identidad y el sufrimiento que conlleva ser diferente en una sociedad que castiga lo no normativo.
Valoración general
La mala costumbre es una obra conmovedora y necesaria. Alana S. Portero aborda temas de gran relevancia social y personal con una sensibilidad que atrapa desde el primer momento. La novela no solo es una exploración de la identidad trans, sino también un retrato profundo de lo que significa crecer en un entorno que limita y margina. Es un relato sobre la resistencia, la búsqueda de libertad y el derecho a ser uno mismo, a pesar de las adversidades.
Sin duda, Portero ha creado una novela que resuena en el lector mucho después de haber cerrado el libro, un testimonio valiente y un reflejo de las luchas contemporáneas por la identidad y la aceptación.
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