El naturalismo es una corriente literaria surgida en la segunda mitad del siglo XIX como una evolución y profundización del realismo. Se originó en Francia con Émile Zola como su principal exponente y se caracterizó por su intento de aplicar los métodos científicos al estudio de la realidad social y humana en la literatura.
Hace poco hice un artículo sobre Emilia Pardo Bazán y me recordó que ella era seguidora de esta corriente, aunque su aproximación al naturalismo fue algo peculiar. Si bien adoptó los principios de determinismo y objetividad, no los siguió de manera ortodoxa, y su obra también incluyó elementos de otras corrientes literarias. A diferencia de Zola, Pardo Bazán no compartía el ateísmo radical del naturalismo francés, y sus obras a menudo reflejan un trasfondo católico y moralista.
Características del Naturalismo
- Determinismo: El naturalismo se basa en la idea de que el comportamiento humano está determinado por la herencia genética, el entorno social y las condiciones materiales. Los personajes de las novelas naturalistas a menudo están atrapados por su circunstancia social, económica y biológica, lo que limita su capacidad de libre albedrío.
- Influencia de la ciencia: Esta corriente literaria se inspira en el método científico y en teorías científicas como el darwinismo y el positivismo. Busca explorar las leyes que rigen el comportamiento humano de manera objetiva y sin idealización, casi como si se tratara de un experimento.
- Descripción detallada y objetiva: El naturalismo se distingue por su enfoque en la descripción minuciosa y detallada de la realidad, incluyendo aspectos que otros géneros literarios evitarían por ser considerados feos, vulgares o chocantes. Esto incluye la pobreza, la enfermedad, la violencia y otras realidades duras de la vida cotidiana.
- Enfoque en las clases bajas y marginales: A diferencia del realismo, que también podía centrarse en las clases medias, el naturalismo pone un énfasis especial en las clases bajas y marginales. Los escritores naturalistas muestran la vida de los oprimidos, los desfavorecidos y aquellos que están al margen de la sociedad.
- Pesimismo: Dado su enfoque en las fuerzas incontrolables que gobiernan la vida de los personajes, el naturalismo tiende hacia una visión pesimista de la existencia humana. Los finales de las obras naturalistas suelen ser trágicos o, al menos, carecen de la resolución positiva que caracteriza a otros géneros.
- Crítica social: Muchas obras naturalistas tienen un fuerte componente de crítica social, pues al mostrar las condiciones extremas de vida de ciertos grupos sociales, los autores buscaban revelar las injusticias y los problemas estructurales de la sociedad.
Autores
Sí, además de Émile Zola, Honoré de Balzac y Emilia Pardo Bazán, hubo otros escritores importantes que formaron parte del movimiento naturalista o que fueron influenciados por él. Aquí menciono algunos de los más destacados:
- Guy de Maupassant: Aunque es más conocido como maestro del cuento, muchas de sus obras reflejan la influencia del naturalismo, con un enfoque en la fatalidad y los aspectos más oscuros de la naturaleza humana. Sus relatos a menudo exploran la miseria, la locura y la desesperación.
- Joris-Karl Huysmans: Inicialmente seguidor de Zola, sus primeras novelas, como «À rebours» (1884) (A contrapelo), muestran un fuerte estilo naturalista antes de que se alejara del movimiento hacia el simbolismo y el decadentismo.
- Alphonse Daudet : Aunque sus obras también tienen elementos realistas, Daudet adoptó aspectos del naturalismo en novelas como «Fromont jeune et Risler aîné» (1874), que aborda temas como la lucha social y las desgracias personales.
- Gustave Flaubert : Aunque Flaubert es generalmente asociado con el realismo, su meticulosa atención al detalle y su enfoque en la precisión de la representación de la realidad influyeron en los naturalistas. Su obra «Madame Bovary» presenta un enfoque impersonal y una detallada disección de la vida burguesa, características que luego serían centrales en el naturalismo.
- Theodore Dreiser : Uno de los principales exponentes del naturalismo en la literatura estadounidense, sus novelas como «Sister Carrie» (1900) (Nuestra Carrie) y «An American Tragedy» (1925)(Una tragedia americana) exploran la influencia del entorno y las circunstancias sociales en los individuos, con un enfoque en la ambición, la pobreza y la desigualdad.
- Stephen Crane : Su novela «The Red Badge of Courage» (1895) (La roja insignia del valor) y cuentos como «The Open Boat» (El bote abierto) reflejan un enfoque naturalista, con énfasis en la indiferencia de la naturaleza hacia el hombre y las circunstancias incontrolables que gobiernan la vida.
- Frank Norris: Considerado uno de los más importantes escritores naturalistas estadounidenses, sus novelas como «McTeague» (1899) y «The Octopus» (1901) examinan los efectos del entorno social y la herencia en sus personajes, con una clara influencia de Zola.
- Giovanni Verga : Representante del verismo, una variante italiana del naturalismo, sus obras como «I Malavoglia» (1881) reflejan la lucha del hombre contra las fuerzas adversas de la naturaleza y la sociedad.
- Federico Gamboa : Uno de los principales representantes del naturalismo en México, su novela «Santa» (1903) muestra la vida de una prostituta en la Ciudad de México, abordando temas de marginación social y determinismo.
En España, además de Emilia Pardo Bazán, el naturalismo tuvo otros exponentes destacados, aunque con diversas aproximaciones y grados de adhesión a los principios más rígidos del movimiento.
- Leopoldo Alas «Clarín» (1852-1901): Aunque Clarín es mayormente conocido por su obra realista «La Regenta» (1884-1885), esta novela y otras obras menores como cuentos y ensayos muestran elementos naturalistas, especialmente en su enfoque detallado de la psicología de los personajes y la crítica social. Clarín se centra en la represión sexual, la hipocresía social y la influencia asfixiante de la sociedad provinciana.
- Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928): Es uno de los exponentes más destacados del naturalismo español. Sus novelas, como «La barraca» (1898), «Cañas y barro» (1902), y «La horda» (1905), exploran las duras condiciones de vida de las clases bajas, con un enfoque en la determinación del entorno y la herencia en sus personajes. Blasco Ibáñez combina su compromiso político con el naturalismo para ofrecer una crítica social directa y contundente.
- Benito Pérez Galdós (1843-1920): Aunque principalmente es considerado un novelista realista, algunas de sus obras presentan rasgos naturalistas, especialmente en su observación de los detalles de la vida cotidiana y el entorno social. Novelas como «Fortunata y Jacinta» (1887) y «Miau» (1888) exploran la influencia del contexto social en la vida de los personajes, aunque Galdós no adopta completamente el determinismo radical del naturalismo.
- José María de Pereda (1833-1906): A pesar de que su obra tiene una fuerte influencia costumbrista y realista, en novelas como «Sotileza» (1885) y «Peñas arriba» (1895), Pereda muestra elementos naturalistas al retratar las vidas de pescadores y campesinos con un enfoque en cómo el entorno natural y social determina sus destinos.
- Armando Palacio Valdés (1853-1938): Con obras como «La aldea perdida» (1903), Palacio Valdés introduce elementos naturalistas al explorar los efectos del progreso y la industrialización en la vida rural de Asturias. Sus descripciones detalladas y el énfasis en el conflicto entre tradición y modernidad reflejan influencias naturalistas.
- Luis Coloma (1851-1915): Es más conocido por su cuento «Ratoncito Pérez», pero también escribió novelas con matices naturalistas, como «Pequeñeces» (1891), donde critica a la alta sociedad madrileña de finales del siglo XIX, mostrando sus vicios y decadencias.
Estos autores, entre otros, contribuyeron al desarrollo y expansión del naturalismo, cada uno aportando su propia perspectiva y matices al movimiento, lo que permitió una rica variedad de obras que exploraron las profundidades de la condición humana bajo el lente de la ciencia y la observación objetiva.
Contexto y Recepción del Naturalismo en España
El naturalismo en España no tuvo la misma recepción uniforme que en Francia, debido a las diferencias culturales, sociales y religiosas. Muchos autores españoles integraron elementos naturalistas con otros estilos, como el realismo, y algunos, como Emilia Pardo Bazán, suavizaron los aspectos más radicales del naturalismo (como el determinismo absoluto y el ateísmo) para acomodar una visión del mundo más acorde con las sensibilidades religiosas y morales de la sociedad española de la época.
Por estas razones, el naturalismo en España se caracterizó por ser más variado y menos dogmático, lo que permitió una rica diversidad de interpretaciones y aplicaciones del movimiento en la literatura española de finales del siglo XIX y principios del XX.
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