En raras ocasiones, un título captura tan perfectamente la esencia de una obra como lo hace Visceral (Páginas de espuma, 2024), de María Fernanda Ampuero. Esta colección de veintiún ensayos de carácter autobiográfico es un grito íntimo y doloroso que, sin embargo, desborda energía y vitalidad, abordando temas como el machismo, la migración, la gordofobia, y la violencia de género con una honestidad brutal y sin tapujos.
A María Fernanda Ampuero tuve la suerte de conocerla y escucharla en el pasado Celsius 232. Fue un encuentro emotivo, pues ya había leído Visceral y quería conocer a la autora con la que tanto me había empatizado con sus palabras y que me volvió a conmover en el encuentro con su sensibilidad y, sobre todo, por por su sensibilidad y su fuerza.
La autora ya había demostrado su habilidad para explorar el lado oscuro de la humanidad en sus obras anteriores, Pelea de gallos (2018) y Sacrificios humanos (2021), Visceral es una exploración aún más cruda y personal, donde Ampuero se desnuda emocionalmente ante el lector, exponiendo sus cicatrices y dolores de una manera que pocos se atreverían.
Desde el primer momento, queda claro que Visceral no es un libro fácil ni complaciente. Ampuero no teme adentrarse en los rincones más oscuros de su propia experiencia, abordando temas como la gordura, los abusos, los desengaños amorosos y los deseos frustrados de maternidad, con una franqueza que resulta impactante. A diferencia de sus libros anteriores, que navegaban entre el cuento gótico y el terror, esta obra se mueve entre la crónica, el ensayo y la prosa poética, configurando un híbrido difícil de clasificar que resuena en los lectores.
La autora ecuatoriana construye un relato en el que cada ensayo se siente como un acto de terapia, una purga necesaria para poder cicatrizar. La lectura de Visceral es un ejercicio de empatía y confrontación, un diálogo abierto entre Ampuero y sus lectores sobre la vergüenza y la injusticia que persisten en nuestras sociedades. A través de su prosa afilada y contundente, Ampuero traslada sus vivencias personales al terreno de lo colectivo, revelando que su dolor no es único, sino que resuena con muchas otras mujeres que han vivido circunstancias similares.
Uno de los grandes aciertos de Visceral es su capacidad para conectar la experiencia individual de la autora con problemáticas globales. La obra comienza con reflexiones sobre la colonialidad y el imperialismo, y, a través de una narrativa que va ganando en intimidad, transita hacia temas como la migración, la familia, la depresión, y la salud mental en la era post-pandemia. Esta progresión temáticamente estructurada da al libro una cohesión inesperada para una obra de naturaleza tan fragmentada.
Ampuero logra que sus ensayos sean tanto una denuncia como una forma de resistencia. El lector se enfrenta a una prosa que no escatima en detalles ni suaviza el impacto de lo narrado. Es un libro que invita a subrayar, a releer y a reflexionar, no solo sobre las vivencias de la autora, sino sobre las estructuras que perpetúan la violencia y la desigualdad. Visceral es, en definitiva, un acto de valentía literaria y personal, un testimonio desgarrador de una autora que no tiene miedo de mostrarse en carne viva.
Aunque la dureza de sus páginas lo haga poco apto para una lectura ligera, Visceral es también una obra esperanzadora. La escritura de Ampuero no solo expone heridas, sino que también busca sanar a través de la conexión con sus lectores, de compartir el peso del dolor y la búsqueda de justicia. Es un recordatorio de que, en el acto de contar nuestras historias, hay un poder transformador capaz de desafiar las convenciones y romper el silencio.
María Fernanda Ampuero, con Visceral, consolida su lugar como una de las voces más valientes y necesarias de la literatura contemporánea en español. Su capacidad para interpelar al lector, para moverlo y sacarlo de su zona de confort, reafirma su talento como narradora y su compromiso con una escritura que no solo relata, sino que también denuncia y reclama un espacio para los que, como ella, han aprendido a sobrevivir a fuerza de resistir.
María Fernanda Ampuero nació en Guayaquil, Ecuador, en 1976 y estudió literatura. Colabora con numerosos medios internacionales y hasta la fecha ha publicado dos libros de crónicas, Lo que aprendí en la peluquería y Permiso de residencia. En 2016 ganó el premio Cosecha Eñe de relato. En esta editorial ha publicado dos libros de cuentos, Pelea de Gallos (2018) y Sacrificios humanos (2021), traducidos a varios idiomas, situándose como una de las voces más importantes de la literatura latinoamericana actual. (Biografía de la editorial)
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