Han pasado más de cinco años. Lo que no sabía ese chaval, que ahora escribe en un apartamento de Berlín, es cuánto iban a crecer sus lectores, sus miedos, su talento. Convertido en una de las estrellas de la nueva narrativa anglosajona y traducido a doce idiomas, ahora decenas de miles de personas se asoman a lo que él escribió cuando nadie lo miraba.
Y lo que escribió en Crezco fue la historia de Jasper, que era la de Ben Brooks, que era, de algún modo, la de muchos de nosotros. El guardián entre el centeno del siglo XXI, pero más rabioso, más divertido, más brutal. Un clásico escrito en una habitación infantil.
Me seguía llamando la atención, así que le hice la prueba, abrí una página al azar y al leerla empecé a reírme, ya tenía claro que iba a comprarlo. Y lo compré y lo he leído. Es ameno, divertido, profundo y descarnado, la vida vista desde los ojos de un adolescente, Jasper, inmerso en una vida tecnológica (internet, móvil, facebook) que no obstante, no es tan diferente de la adolescencia de los 70 y 80. Vale, no había móvil, quedabas por el fijo con los amigos, no entrabas en páginas porno, pero buscabas el Interview. Realmente no éramos tan diferentes, tenías las mismas dudas y los mismos miedos. Claro que éstos jóvenes son ingleses y nosotros no.
No me arrepiento de haberlo leído ya que, como mínimo, es original y algunos fragmentos son totalmente delirantes.
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